Carta del director
Estimados amigos,
Una vez más, en nombre de la familia de Betel, nuestros ministerios, comunidades, programas de rehabilitación e iniciativas sociales, es un placer y honor hacerles llegar una presentación visual y actual de las actividades de Betel entre las naciones.
Decir que vivimos “tiempos difíciles” es quedarse corto. Betel al igual que la mayoría de instituciones públicas y privadas, se ha visto confrontada y rodeada de grandes retos en este último año. Creemos que las páginas de nuestra Memoria Anual aportan luz y gracia a muchas personas y familias.
Nos gustaría agradecer como cada año a nuestros amigos y fieles colaboradores por toda la ayuda material, personal, y sobre todo por el aliento que Betel ha recibido.
Más allá del papel histórico de Betel como uno de los principales ministerios cristianos de rehabilitación que ofrecen atención residencial a las personas más vulnerables de nuestra sociedad, hemos podido ampliar nuestro programa, nuestras instalaciones y ayuda al gran y creciente número de inmigrantes que están llegando a Europa. Creemos que esta nueva dimensión añadida al ministerio de Betel no hará sino aumentar en el futuro.
Al leer nuestra Memoria, esperamos que vean en los rostros y las actividades de los hombres y mujeres, la esencia de lo que hace Betel desde hace 40 años como entidad de referencia para la sanidad, restauración y el cambio en la problemática social que nos ha tocado vivir.