Se abre paso con fuerza en tiempos de incertidumbre y de crisis, como los que vivimos en la actualidad, un nuevo concepto objeto de estudio científico en el ámbito de la psicología: la resiliencia. Según diversas definiciones, resiliencia es la capacidad de la persona para recuperarse de la adversidad y salir fortalecida. La resiliencia está cobrando por tanto un gran interés en los últimos años y es motivo de estudios de investigación, conferencias, libros y artículos, estando muy presente en los medios de comunicación.
El concepto de resiliencia no implica tanto una invulnerabilidad ante las adversidades sino la habilidad para afrontarlas adecuadamente y de recuperarse de sus efectos. No es un rasgo de carácter permanente de la persona que unos disfrutan y que otros carecen sin remedio, sino más bien un abanico de actitudes y comportamientos que se pueden aprender y que incluyen habilidades de la propia persona para regular sus emociones negativas ante el estrés (miedo, ira, tristeza), así como para establecer vínculos de apoyo social en los que buscar ayuda en momentos de crisis, evitando procesos de exclusión y marginación social.
En este sentido, las casas de acogida de Asociación Betel tienen la vocación de ser lugares de refugio seguro por el que las personas ingresadas pueden desarrollar su capacidad para establecer vínculos de afecto y apoyo mutuo a través del acompañamiento, un acompañamiento de calidad que va más allá de la mera presencia físicas de los demás, y que se nutre de escucha activa y empatía como habilidades sociales básicas de ayuda y que dan a la persona acogida una valiosa oportunidad para desarrollar su fortaleza de carácter ante las adversidades de la vida, desarrollando así su resiliencia.