Soy Petra, tengo 66 años, nací en Rumanía. En mi familia éramos cinco hermanos, pero una hermana falleció en un accidente de tráfico y luego cada uno hizo su vida.
Llegué a España hace 20 años, después de morir mi madre, porque pensé que sería lo mejor para mí. Viví con mi hijo, su esposa y mi nieto durante siete años, hasta que empezaron a tener problemas económicos y me tuve que ir.
Siempre he trabajado, pero cuando la última empresa cerró, me quedé en la calle. Como no tenía a nadie, ni a donde ir, encontré ayuda en un Centro de Día de Móstoles donde estuve 3 meses y luego me enviaron a Betel para que no me quedara en la calle otra vez.
En Betel he encontrado a Dios, que me ha salvado, porque existe de verdad. Si no fuera por Él ya estaría muerta hace más de un año.
Quiero dar las gracias a Dios por mi vida, por Betel, por la iglesia, por los pastores, por Vivi (responsable de la casa) y por todas las chicas de Torrelodones.
Dios es real.
