Frente a una sociedad de consumo

Hemos entrado en noviembre y pronto empezará el bombardeo publicitario de anuncios del Black Friday y de las próximas fiestas navideñas. Vamos a pensar por un momento en la locura consumista de estas fechas, haciendo una crítica social de los valores seculares, afirmando lo que de verdad importa desde la perspectiva de una vida perdurable y sencilla de inspiración cristiana.

En efecto, en los países más prósperos vivimos envueltos en una sociedad de la apariencia que ensalza los valores del individualismo, hedonismo y materialismo, y que nos hace creer que somos lo que tenemos, con carencias no satisfechas con nuestro modo de vida rutinario, al convertir a través de la publicidad nuestros deseos en necesidades básicas que hay que satisfacer de forma imperiosa. Deseos que por supuesto nunca se satisfacen del todo, sino que son alimentados constantemente por la publicidad de nuevos productos y servicios, de experiencias que dejan rápidamente obsoletas a todas las anteriores, para mantener siempre en funcionamiento la cadena de producción y consumo.

La vida fluye así de forma cada vez más acelerada, desde la cesta de la compra al cubo de basura, en periodos de tiempo cada vez más cortos, comprando de forma compulsiva productos y servicios que realmente no necesitamos, aún sin tener suficiente dinero en la cuenta corriente, hasta llegar en casos extremos a pedir préstamos al consumo a usureros, y contrayendo así deudas que nunca se terminan de pagar. Todo es líquido en la cultura que nos rodea. Al final, lo más sólido es la acumulación sin fin de residuos que arruinan el medio ambiente y la explotación irracional de los recursos naturales del planeta, todo ello para mantener la cadena de producción y consumo siempre en funcionamiento.

Frente a estos valores seculares de individualismo, hedonismo y materialismo fomentados por la sociedad de consumo, Asociación Betel defiende que más allá de las apariencias de las posesiones materiales está el valor intrínseco de las personas, dignas de todo respeto y consideración, sin discriminación por razón de origen o condición social. Así mismo, Asociación Betel fomenta la reutilización de muebles, ropa, enseres, libros, discos y objetos de decoración, cuya recuperación a través de donaciones de particulares y empresas, sirven a la financiación del programa social gratuito del centro mediante su venta en las tiendas de segunda mano, al tiempo que se protege al planeta de residuos que no son tales, sino objetos valiosos que pueden volver a ser utilizados, alargando la vida útil de las cosas y rompiendo así la espiral consumista.