Cultivar relaciones de ayuda mutua en el entorno seguro de las casas de acogida entre personas que no se conocen entre sí, conlleva tener el suficiente valor y coraje como para mostrarse vulnerable ante los demás, reconocer la necesidad y pedir ayuda, rompiendo el caparazón de dureza afectiva que permite a las personas sin hogar sobrevivir en la calle, mostrándose indiferentes al rechazo social, pero que los aleja también de aquellas personas que les pueden prestar ayuda, llevándoles a sufrir con mayor angustia y soledad emocional sus graves problemas de exclusión y marginación social.
Por contra, mediante un esfuerzo consciente de aprendizaje con la adquisición de habilidades básicas de empatía, escucha activa y solución de problemas, los monitores responsables y los voluntarios sociales de las casas de acogida procuran realizar un acompañamiento de calidad que ayude a romper el capazón de las personas acogidas, contando con el respaldo profesional de la dirección y del equipo técnico del centro, destacando la edición anual de un curso de formación básica de monitores y del voluntariado social, desde un enfoque de prevención comunitaria bio-psico-social y ocupacional de las adicciones tóxicas.
A este fin y desde 1998, Betel organiza todos los años de septiembre a diciembre en su sede social en Madrid, el mencionado curso de formación básica con una duración de 18 horas lectivas y que en las dos últimas ediciones ha sido en formato híbrido, es decir, tanto para alumnos presenciales como para alumnos on line conectados desde diferentes delegaciones de Betel España, con el fin de dotarles de herramientas que permitan realizar una labor preventiva de la compleja problemática de las adicciones tóxicas asociadas a procesos de exclusión y marginación social.
"...Conlleva tener el suficiente valor y coraje como para mostrarse vulnerable ante los demás, reconocer la necesidad y pedir ayuda, rompiendo el caparazón de dureza afectiva"