Dejar atrás una vida en la calle

Dejar atrás una vida en la calle es un proceso lleno de obstáculos. A la falta de documento de identidad y domicilio de empadronamiento, se une la falta de ingresos estables y problemas administrativos y burocráticos para la solicitud de prestaciones y ayudas, como por ejemplo el Ingreso Minimo Vital. A todo ello se suma la falta de apoyo social y de pérdida de habilidades sociales en la relación con los demás, así como de confianza de la propia persona sin techo de poder hacer algo por sí misma para mejorar su vida.
 
A todo lo anterior hay que añadir graves problemas de salud física y mental, en muchas ocasiones cronificados. El camino es más complicado si cabe cuando hay consumo de sustancias tóxicas de por medio, como causa y consecuencia de la situación de calle. Según un estudio comentado en publicaciones anteriores de sensibilización social sobre el riesgo de suicidio en personas sin hogar, se estima que algo más del 50% de las personas sin techo sufre algún tipo de adicción a sustancias, destacando el consumo de alcohol. Y ésto no solo provoca el rechazo de albergues por incumplimiento de las normas de régimen interno, sino que también hace que los propios afectados no se atrevan a dar el paso de salir de la situación de calle.
 
En efecto, las adicciones tóxicas funcionan como un refugio artificial del sufrimiento que las adversidades producen en las personas en situación de calle, lo que refuerza el patrón de consumo por el mismo alivio momentáneo que su consumo produce. Este refuerzo hace que sea muy difícil romper el círculo de la exclusión y marginación social, de tal forma que la persona sin hogar no puede dejar atrás una vida en la calle sin ayuda.
 
A este fin, Asociación Betel ofrece un programa gratuito en régimen residencial libre de drogas, de acceso directo sin lista de espera en casas de acogida que funcionan como viviendas estables y de calidad, dando apoyo a través del acompañamiento a la continuidad de los tratamientos externos de la red pública asistencial. Así mismo, se ofrece una atención profesional de trabajo social desde el Servicio de Información y Orientación social (SIOS) que la propia asociación tiene en su sede central.

"Las adicciones tóxicas funcionan como un refugio artificial del sufrimiento que las adversidades producen en las personas en situación de calle"