Acompañamiento de personas acogidas con problemas de salud mental

Un colectivo de personas de especial vulnerabilidad que acogemos en Asociación Betel es el de personas aquejadas de patología dual, es decir, de problemas de adicciones tóxicas y de otro trastorno mental o enfermedad mental grave, en su mayoría con diagnóstico y tratamiento psiquiátrico, con seguimiento de la medicación a través de la red pública asistencial de la Seguridad Social.

Esta acogida pasa por desmontar primero el llamado estigma social de la enfermedad mental, por el que el diagnóstico psiquiátrico marca a la persona de tal forma que los demás solo ven la etiqueta diagnóstica y no a la persona, sufriendo el señalamiento y exclusión de la sociedad, de modo que la persona es tratada con desconfianza y recelo, llegando ésta a interiorizar este rechazo a modo de estigma psicológico, por el que pierde la confianza en sí misma y en sus posibilidades de recuperación, adoptando una postura pasiva de resignación que dificulta su rehabilitación y reinserción social.

Por contra, acoger a estas personas pasa primero por promover la confianza en sí mismas de que pueden mejorar sus vidas, tomando responsabilidades en su cuidado personal, sobre todo a través de la formación de hábitos de vida saludables en sueño, alimentación, higiene y ejercicio, recuperando el contacto con los servicios púbicos asistenciales para un adecuado seguimiento de sus asuntos médicos, sociales y judiciales. A este fin, es preciso tener una eficaz coordinación interna entre el monitor responsable de la casa de acogida, los profesionales del equipo técnico y la dirección de centro, así como de coordinación externa con la red pública asistencial.

De forma destacada, ofrecemos en Betel-Madrid una atención psicológica a aquellas personas con riesgo alto de suicidio,  riesgo detectado a partir de la entrevista de historia social, en la que se les pregunta abiertamente si han tenido intentos de suicidio previos al ingreso en el centro y si tienen ideas de suicidio después de ingresar, incluso de forma planificada, por lo que en este caso se activa el llamado Protocolo de Prevención del Suicidio (PPS) con un doble objetivo: reducir la intencionalidad suicida para que las ideas de suicidio no pasen al acto y ayudar a la persona a encontrar una meta de valor que dé sentido y propósito a su existencia.

 

"Acoger a estas personas pasa primero por promover la confianza en sí mismas de que pueden mejorar sus vidas, tomando responsabilidades en su cuidado personal, sobre todo a través de la formación de hábitos de vida saludables en sueño, alimentación, higiene y ejercicio"