De España a México

Fulgencio y Cris

El 17 de octubre de 1991 llegué a Betel Madrid, desilusionado pero esperanzado en encontrar una respuesta a todas las dudas que se habían creado a mi alrededor.

De lo que estoy seguro es de que Dios utilizó Betel para doblegarme, esta vez por el amor que encontré y el valor de vivir en comunidad, no mirando tanto hacia mi mismo sino hacia mi prójimo.

Ahora tengo una familia, mi esposa Cris y mis dos hijos. Hemos venido a servir en Betel México, que es un país con necesidad ante la drogadicción. Actualmente tenemos centros en Puebla y Distrito Federal. Han pasado miles de personas por nuestros centros. Mi familia y yo estamos muy agradecidos por todo el apoyo que siempre hemos recibido, aún estando lejos. Siempre nos hemos sentido queridos y amados y como aquel día del año 91.